Una persona que carece de control
sobre sus emociones negativas podrá ser víctima de un arrebato emocional que le
impida concentrarse, recordar, aprender y tomar decisiones con claridad. El precio
que puede llegar a pagar una empresa por la baja inteligencia emocional de su
personal es tan elevado, que fácilmente podría llevarla a la quiebra.
Las emociones y los estados de
ánimo son fuertemente contagiosos dentro de una empresa y de ese tono anímico
que se difunde por la empresa depende una parte considerable de su éxito o
fracaso.
Goleman afirma: los ingresos de una
empresa crecen un 2 % por cada 1% de mejora en ese ambiente emocional y que el
clima de una empresa depende hasta en un 70% de las acciones de su líder.
La falta de inteligencia emocional puede
repercutir de forma negativa en las personas e incluso arruinar sus carreras
profesionales. Es preciso aclarar que este tipo de inteligencia no se establece
al nacer, se crea y se alimenta con el desarrollo de nuestras vidas. La aptitud emocional es importante sobre
todo en el liderazgo, papel cuya esencia es lograr que otros ejecuten sus
respectivos trabajos con más efectividad. La ineptitud de los líderes reduce el
desempeño de todos: hace que se malgaste el tiempo, crea asperezas, corroe la
motivación y la dedicación al trabajo, acumula hostilidad y apatía.
Ventajas
de la Inteligencia Emocional en la empresa
•Comunicación eficaz
•Bienestar consigo
mismo y el entorno.
•Muy buen ambiente laboral
•Motivación puesta
al servicio de metas.
•Mejora en
trabajo de equipo
•Relaciones efectivas
con los clientes
En
consecuencia, aumento de la rentabilidad
de la
empresas.
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